viernes, 6 de junio de 2008

Pooobre mi negrito...

- ¿Ya te enteraste?

- ¿De qué?

- No, no te enteraste...


Las malas noticias suelen anunciarse antes de llegar. Siempre está ese comentario "pre" que genera el suspenso. Ese instante previo en que todas las catástrofes pasan por tu cabeza. En mi caso suelen ser solo dos: "¿Quién murio?" u "¿Otra vez me chocaron el auto?". Afortunadamente (?) fue la segunda...

Y una vez más, fue un accidente, la culpa la tuvo el otro y yo... ¿A quién le echo la culpa? ¿Con quién me desquito?

Sí, ya sé que se arregla. Ya sé que me pagan, pero quién paga la desilusión y la amargura de ver esa imagen de auto roto. Quién paga los días sin auto, el tiempo perdido en trámites... Nadie, por supuesto.

Lo único que rescato es que no me pasó a mi, porque sino la bronca es triple.

Yo, personalmente, creo que ese auto se tiene que ir... Está maldito. A los otros rara vez un rayón, este sale y lo hacen mierda... Pobrecito.

=(

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