En estos días en que la TV aburre, avergüenza... ¡Volvamos a la radio! De lunes a viernes, en el horario de "la vuelta a casa" (de 18:00 a 20:00) por radio metro 95.1, Sebastián Wainraich y Julieta Pink hacen Metro y medio. Créanme que es digno de escuchar.
Se destaca: El jingle del programa("Apenas metro y medio" de Chau Pekin ), "El curso de antiayuda" y "La mirada boba" de Peto Menahem y "Gorda con helado" por Julieta.
A continuación, un avance, ¡para que se enganchen!
Las 10 claves Anti Ayuda (en realidad son 8)
ÓDIESE. Párese todos los días frente al espejo, mírese a los ojos y argumente. Si es necesario, al principio exagere; con el correr de los días se va a dar cuenta que no hacía falta: usted tiene ciertas cositas realmente miserables.
AVERGÜÉNCESE. Una vez al día, por lo menos, genere alguna situación bochornosa para usted.
SEA DESAGRADABLE. Empiece con pequeñeces y poco a poco vaya sazonando sin temor. Utilice las expresiones “de por sí”; “a full”; “sobrehueso”; “lo qué”; “grasa”; “¡total...!” y “mimarse”. No pare de hablar de usted. No soporte ni un silencio en una conversación; siempre tenga algo que decir, y cuando no se le ocurra nada, quéjese de algo.
AGRÉDASE. Nada de violencia física, vamos a la agresión verdadera. ¿A usted no le gustan los rabanitos? ¿Los detesta? Coma sólo rabanitos durante una semana, las cuatro comidas, proponiéndose aumentar un par de kilos al final.
ESTRÉSESE. No se relaje en ningún momento del día, incluso trate de dormir lo más incómodo posible. Atraviese los días tenso, conviva con el resto del mundo envuelto en mal humor. Si en ese estado conoce a alguien que todavía le habla, no lo pierda. En las malas se ven los amigos.
NO ALCANCE NINGUNA META. Repita: No puedo, no puedo, no puedo. Lo primero es desterrar las grandes metas. Olvídese de ser el mejor o destacarse en algo (no puedo, no puedo, no puedo). Después deshágase de las metas más cercanas. ¿Qué casa, qué auto ni qué perro? (no puedo, no puedo). Y finalmente de las más cotidianas: afeitarse, lavarse los dientes o cambiarse de ropa.
VAYA A MENOS. ¿Por qué a más? ¿Más de qué? ¿Más que quién? Nada bueno nace del esfuerzo, créame.
DEPRÍMASE. Si ha seguido todos los ejercicios hasta aquí mencionados, no le va a costar mucho. Atrévase a mirar la vida con estos anteojos. ¿De qué se ríe toda esa gente? ¿No le parece que está un poco sobrevaluada la alegría?
Se destaca: El jingle del programa("Apenas metro y medio" de Chau Pekin ), "El curso de antiayuda" y "La mirada boba" de Peto Menahem y "Gorda con helado" por Julieta.
A continuación, un avance, ¡para que se enganchen!
Las 10 claves Anti Ayuda (en realidad son 8)
ÓDIESE. Párese todos los días frente al espejo, mírese a los ojos y argumente. Si es necesario, al principio exagere; con el correr de los días se va a dar cuenta que no hacía falta: usted tiene ciertas cositas realmente miserables.
AVERGÜÉNCESE. Una vez al día, por lo menos, genere alguna situación bochornosa para usted.
SEA DESAGRADABLE. Empiece con pequeñeces y poco a poco vaya sazonando sin temor. Utilice las expresiones “de por sí”; “a full”; “sobrehueso”; “lo qué”; “grasa”; “¡total...!” y “mimarse”. No pare de hablar de usted. No soporte ni un silencio en una conversación; siempre tenga algo que decir, y cuando no se le ocurra nada, quéjese de algo.
AGRÉDASE. Nada de violencia física, vamos a la agresión verdadera. ¿A usted no le gustan los rabanitos? ¿Los detesta? Coma sólo rabanitos durante una semana, las cuatro comidas, proponiéndose aumentar un par de kilos al final.
ESTRÉSESE. No se relaje en ningún momento del día, incluso trate de dormir lo más incómodo posible. Atraviese los días tenso, conviva con el resto del mundo envuelto en mal humor. Si en ese estado conoce a alguien que todavía le habla, no lo pierda. En las malas se ven los amigos.
NO ALCANCE NINGUNA META. Repita: No puedo, no puedo, no puedo. Lo primero es desterrar las grandes metas. Olvídese de ser el mejor o destacarse en algo (no puedo, no puedo, no puedo). Después deshágase de las metas más cercanas. ¿Qué casa, qué auto ni qué perro? (no puedo, no puedo). Y finalmente de las más cotidianas: afeitarse, lavarse los dientes o cambiarse de ropa.
VAYA A MENOS. ¿Por qué a más? ¿Más de qué? ¿Más que quién? Nada bueno nace del esfuerzo, créame.
DEPRÍMASE. Si ha seguido todos los ejercicios hasta aquí mencionados, no le va a costar mucho. Atrévase a mirar la vida con estos anteojos. ¿De qué se ríe toda esa gente? ¿No le parece que está un poco sobrevaluada la alegría?