viernes, 10 de febrero de 2012

La farsa

Yo realmente no sé que tipo de mente perversa, pudo haber ideado este diabólico plan, y como hizo para que todo el mundo se prendiera en él. Aún fue más astuto que el creador del mayor personaje mítico de la historia: Papá Noel (o Santa Claus, no sé cual fue primero). Pero es que inventar una mentira tan grande, y lo suficientemente popular como para que todo el planeta se confabule en pos de ella, me parece una genialidad, una retorcida genialidad.
Y por qué digo que ha superado a su maestro, porque en el caso de Santa sólo se logra engañar a los infantes, a quienes la cabeza todavía tanto no les da, o no están tan viciados como nosotros con la mentira y creen cualquier idiotez que les digamos. Además, convengamos que una vez que descubren la farsa son capaces de procesarla y no vuelven a dudar, no tienen ninguna posibilidad de recaída.
Ahora, el día de los enamorados, ese sí que es un plan maestro. Convencer a la población femenina de que existe un príncipe (del cual ya vamos a hablar muy seriamente) que nos va a alegrar ese día, eso sí que es brillante.
Comencemos por desbaratar el asunto del príncipe. ¿De dónde sale ese concepto? De Hollywood y Disney, por supuesto, como todos nuestros males. El príncipe que tiene como principal tarea, salvarnos. ¿Salvarnos de qué? ¿O de quién? ¿De la bruja mala? ¿Quién ocupa ese papel? ¿Mi madre? (porque en general siempre viven con ella, y yo vivo con mi madre). Está bien que a veces sea un poco densa pero es copada, y no seamos desagradecidos, me dio la vida, mucho más que el príncipe hasta el momento. “Bruja”, me parece demás.
Dada la época en que se crea el mito, el señor cae a caballo, no en burro, no en mula, no caminando. Después no nos digan interesadas si nos decepciona que no tengan auto, todo bien, pero prefiero que vengas a caballo en el siglo XXI que a pata, está en los libros.
Y hablando de interés, lo más importante del príncipe es que es príncipe, no es esclavo, no es burgués, no es campesino, no es bufón, es PRÍNCIPE, y está forrado en guita!! Por eso es que nos va a comprar un castillo!! Gente, no lo digo yo, viene así…
Pero bueno, la realidad es tan contrastante que rápidamente el ilusionado cerebro femenino aprende a aceptar que el príncipe es una metáfora y nos empezamos a conformar (porque ya de entrada nomás, nos estamos conformando) con menos. Igual la idea de la salvación sigue fija, grabada a fuego.
Retomando, llega aquel famoso día, el día de los enamorados, y que otro día sino ese como para revivir todas estas ilusiones infantiles que, a diferencia de los niños que ya han procesado que Papá Noel no va a venir el 24, todo el universo femenino espera… Suena el despertador, abrís los ojos y te choca como un tren a mil por hora en la cabeza (igual que con Santa), HOY ES EL DÍA.
Y sí, hoy es el día. Pero no ese día en que te van a salvar de quién sabe qué. Hoy, es verdaderamente el día en que estás destinada a pasarla mal. ¿Cómo? ¿Por qué?

Véase:

Estás sola: No, no tenés admiradores secretos, nadie se te va a declarar hoy, sólo por ser hoy. El único que se te puede declarar HOY es el boludo que rechazaste 40 veces y no entiende. Nada más que eso puede pasar. No te mandó un desayuno, no te chocaste con las flores en la puerta en la mañana, de todos los floristas que salieron a laburar hoy, a ninguno le compraron flores para vos, no pasaste el pasacalles en la esquina al ir al laburo, la caja de bombones que esperabas como postre para tu almuerzo, no va a llegar, comprate un helado, porque no va a llegar. De vuelta para casa, no mires a las chicas con los peluches gigantes, son extras que contrata la juguetería para que te paseen en la cara, no las mires, no están ahí. Y cuando cae la noche, no es especial para una serenata, no salgas al balcón que te comen los mosquitos y te vas a dormir ahí porque son las 12 y ya terminó el día y no va a llegar nada. Te queda todo un año de tranquilidad, ya pasó, sobreviviste, tranquila…

Tenés un “algo”: Esta es clave. Mudate a la Antártida por un día, apagá el celu y no entres a Internet porque es el día de los enamorados, no de los amigos con derechos, no del “hagamos sentir bien a la fija”, nada raro, nada rebuscado; leeme bien: es el día de la gente que está enamorada y además es correspondida! (esto no lo dice pero está implícito). Entonces, razoná (difícil, lo sé, pero esforcemosnos), él sabe que si aparece vos vas a interpretar que él está enamorado, porque, una vez más, ES EL DÍA DE LOS ENAMORADOS! Está clarísimo. Y como podría una persona que no se anima ni a nombrar la palabra “relación”, que el “estamos saliendo” le parece un poco mucho, tirar siquiera indicios de que alguien puede llegar a estar enamorado. Sería una incongruencia tal, que no tiene ni un poco de lugar en el cerebro de un ser tan racional como el hombre. Olvidate. No, ya sé que igual vas a estar a la expectativa, así como cuando estabas “sola”, esperando el desayuno, las flores, el pasacalles, los bombones, el peluche, los mariachis… Y como si todo eso fuera poco, chequeando sin parar el celu, los mails, el face… No da.
Recomendación: un paseito por la Antártida. Capaz el frío te aclara un poquito la cabeza, te baja la calentura… Si si, mejor tomá un poquito de fresco…

Tenés pareja: ¿Otra vez pensás pelear por esto? Yo entiendo que el hecho de que no haya preparado NADA, es terrible para vos, pero seamos francas, nada de lo que hubiese hecho habría sido suficiente. Ya te tiene, no te vas a ir por esto, ¿qué vas a ir a buscar? ¿Un príncipe…? Ya está. Andate a alguna fiesta de solteros y vengate con algún chanta que te levante un poco el ego y volvé a casa a cocinar! Agradecé si sos lo suficientemente madura como para no repetir una vez más la situación de dormir en el balcón desangrada por los mosquitos…

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